Pasadas las cuatro de la mañana abordamos el catamarán que nos llevaría desde punta de piedras hacia la isla de Cubagua para revivir una de las experiencias más extremas y divertidas de nuestro calendario de carreras de trailrunning. 

Se sentía el nerviosismo y la intriga por ir a correr en un lugar desconocido para la gran mayoría. La única referencia que se tenía de esta experiencia era de varios años atrás, por lo tanto, la expectativa era disfrutar al máximo y dejarse sorprender por un escenario tan espectacular y paradisíaco como retador. 

La noche anterior el equipo en ruta nos había advertido del sol, las condiciones del terreno y las altas temperaturas a las que se enfrentarían los 25 corredores que estarían atravesando la isla de punta a punta el sábado 26 de agosto de 2023. 

Desde el Hotel California en playa el Yaque, donde tuvimos la entrega de materiales, pudimos compartir con los corredores la charla técnica en la que se hizo énfasis en las condiciones que les esperaban en la isla y se les pidió hidratarse muy bien para llegar en óptimas condiciones a la línea de salida. 

Era un contraste gracioso estar hablando de condiciones tan extremas en un lugar como el yaque donde la paz y la tranquilidad ondean con su característica brisa marina. 

Luego de un amanecer espectacular a bordo, la isla de Cubagua nos dio la bienvenida con sus aguas calmadas, su absoluto silencio y un cielo rosado que dejó de recuerdo unas fotos de ensueño. Parecía mentira todo lo que habíamos escuchado sobre lo furiosa que podía ser la naturaleza en un lugar tan paradisíaco. 

Una vez que se dio la salida, el sol empezó a anunciar su presencia y a calentar el ambiente. Los corredores de la distancia larga de 24K siguieron hacia la parte este de la isla para llegar al primer punto ubicado en punta arenas. El segundo lote, que correría 15K, seguiría hacia la zona más inhóspita llamada “El cañón de las calderas” donde escalaron las fallas producto del terremoto de 1541 que destruyó la ciudad de Nueva Cádiz y, según cuentan, dejó sumergida gran parte de la isla. 

Es por esto que en gran parte del suelo que atravesaron los corredores, podían encontrarse conchas de mar y esqueletos marinos rodeados de un sin fin de cactus que se hicieron sentir de principio a fin, atravesando zapatos y aferrándose a las piernas de los corredores que les pasaran cerca. 

La naturaleza se hizo sentir tal como lo había anunciado. En un recorrido muy corto se pudieron vivir tantas emociones juntas como el temor de extraviarse porque la vegetación y el tipo de terreno hacía muy difícil poder divisar las marcas, el éxtasis de un mar azul que iba cambiando de color hacia el horizonte, la vulnerabilidad de nuestro organismo ante un calor sofocante, pero el ímpetu de haberse atrevido a estar allí y de ser uno de los pocos que podrá contarlo. 

Las ruinas de Nueva Cádiz 

Lo que hoy solo son ruinas que dieron la bienvenida al último punto de control para ambas distancias, y el retorno de la caminata, la antigua ciudad de Nueva Cádiz guarda una historia que pocos conocen, ya que fue el primer pueblo fundado por los españoles en Venezuela y en Sudamérica.

Una vez pasada Nueva Cadiz ya se podía divisar a lo lejos la playa donde estaba el arco de llegada y donde serían recibidos por Infinito, Catamaranes y nuestro equipo con frutas, bebidas, agua dulce para bañarse y sombra para pasar el resto del día disfrutando como bien era merecido. 

Fue una dura aventura que esperamos hayan disfrutado al máximo y que quedará en el recuerdo para revivirla en junio del 2024. ¡Los esperamos!